Papel de fumar ecológico

Mucho se habla del tabaquismo como hábito nocivo para la salud. Es de sobra sabido por la sociedad que, el consumo habitual de tabaco, puede resultar mortal por ser la causa de numerosas enfermedades con mal pronóstico y posibilidades de curación. Durante la última década, muchos consumidores habituales de cigarrillos, han cambiado el consumo de estos por el consumo de tabaco de liar o incluso vapeadores.

La cuestión que aquí nos planteamos, es si el tabaco es solo dañino para quien lo consume o inhalan de forma indirecta su humo, o que tan nocivo puede resultar para el medio ambiente. Los profesionales de Alapra comerciales de artículos eróticos, higiénicos y de estanco, nos han hablado del papel de fumar ecológico. Si en el mercado existe la posibilidad de adquirir este tipo de productos, es debido a algo. En este caso, al daño que provoca en el medio ambiente, no solo el consumo sino la fabricación de todo lo relacionado con el tabaco.

Según datos de la OMS, más de siete millones de personas mueren debido al tabaquismo anualmente. Estos daños que el hábito ocasiona a la salud, son de sobra conocidos. El problema se intenta atajar de forma constante utilizando innumerables campañas publicitarias. No sucede igual en el caso de como afecta todo este consumo al medio ambiente. Por ello, vamos a hablar brevemente de esta cuestión.

Impacto de la elaboración y el consumo de tabaco en el medio ambiente

Los cigarrillos pueden parecer algo inocuo. Su pequeño tamaño no da lugar a pensar el daño que pueda causar al entorno. Si bien es cierto que un solo cigarrillo nada puede hacer, hay que destacar que los cigarrillos desechados diariamente, ascienden a los diez mil millones. Estos residuos ya son otra parte de la historia, contienen más de siete mil sustancias químicas toxicas, gran parte agregadas por las diferentes compañías tabacaleras.

Solo las colillas, representan un alto porcentaje de los residuos que los servicios de limpieza urbana recogen a diario. Una sola colilla de cigarrillo, puede contaminar cincuenta litros de agua potable ya que, en ellos, se concentran la mayoría de los restos de nicotina y alquitrán que contiene el cigarrillo.

A su vez, los filtros que llevan las colillas, se fabrican un con un derivado del petróleo, conocido como acetato de celulosa y cuya composición no biodegradable puede llegar a tardar una década en descomponerse.

Por otro lado, la industria tabacalera, se constituye como una de las principales responsables de la actual deforestación mundial. Para cultivar plantas de tabaco y elaborar el mismo, son utilizadas miles de hectáreas en tierras fértiles como los bosques o selvas tropicales. Esto se traduce en una debacle medioambiental. Los datos que arroja la OMS son devastadores: para elaborar trescientos cigarrillos, hay que talar ocho árboles, sin contar los que se utilizan para fabricar el papel y las cajetillas, construir graneros y la leña utilizada para curar las hojas del tabaco.

Como se supone y cabe esperar, el humo del cigarrillo afecta directamente a la calidad del aire. Se estima que los fumadores, generan doscientas veinticinco mil toneladas de dióxido de carbono al año. Esta cifra es equivalente a las emisiones producidas por doce mil vehículos que hacen recorridos de diez mil kilómetros.

Con estos datos sobre la mesa, resulta interesante, cuanto menos, plantearse la cuestión sobre como se puede reducir es daño causado por el tabaquismo, no solo a nivel personal, algo que es asunto particular de cada uno, si no a nivel general.

Un pequeño paso

Lo fácil seria abolir legalmente todo lo relacionado con el tabaco. Tras décadas de lucha contra el sector, más bien contra el fumador ya que, al sector no le hacen nada de nada y en este caso el vilipendiado es el fumador, el tabaquismo cobra más adeptos, las formas de fumar han ido en aumento y en la variedad, no se elimina el gusto, si no que se incrementa.

De ahí la importancia de cada pequeño paso que se de al respecto del impacto que este hábito y su industria, tienen en el medio ambiente. La aparición de papel ecológico es uno de esos pequeños pasos.

Para los fumadores de liar, esta alternativa es una opción mas saludable tanto para el como para el ecosistema. Hay que tener presente que las personas que fuman, no son necesariamente enemigas de la vida y el planeta como muchos se empeñan en hacer creer. Existen fumadores con conciencia ecológica por igual.

Una de las maneras que existen en el mercado para contribuir en la preservación del medio ambiente, es la elección del papel con el que liar sus cigarrillos. El papel de liar ecológico u orgánico, es sostenible y a su vez, ofrece beneficios al fumador.

Este tipo de papel, esta fabricado con elementos naturales como fibras vegetales procedentes del cáñamo. Esto lo convierte a su vez, en papel vegano y cruelty free, libre de crueldad animal.

Existen en la actualidad marcas reconocidas que fabrican sus productos con elementos procedentes de cultivos ecológicos certificados. Este tipo de papel ecológico, no utiliza blanqueadores a base de cloro, ni pegamentos artificiales que faciliten el pegado. Estos pegamentos o sustancias, generan elementos tóxicos durante la combustión, al eliminarlos del papel, se evitan esas sustancias nocivas.

Dentro de los tipos de papel ecológico que se pueden encontrar en el mercado, están los siguientes:

  • Papel blanqueado sin cloro. Este es un papel especial destinado a los fumadores para los que el color es importante. Se blanquea el papel mediante técnicas especiales que involucran oxígeno, ozono o peróxido de hidrógeno en lugar del habitual cloro.
  • Papel marrón. Conocido como brown paper, esta considerado como uno de los tipos de papel más naturales y amigables con el medio ambiente.
  • Papel de liar trasparente. Fabricado a base de celulosa, no contiene químicos, aunque su textura puede inducir a pensar que este fabricado en plástico.
  • Papel de liar de cáñamo. Orgánico y ecológico, no contiene blanqueadores químicos, esta exento de colorantes y pegamentos.
  • Papel de fumar de arroz y lino. Semejante al de cáñamo, pero producido con otras materias primas.

Una propiedad que ofrece el papel de fumar ecológico u orgánico es la facilidad de reconocerlo. Tanto el tacto, de textura fina como el color natural que tiene, procedente del cáñamo utilizado para su elaboración, lo convierten en un papel con el que no pueden dar gato por liebre. Al estar exento del añadido de cualquier químico, no cambia ni modifica el aroma y el sabor del tabaco utilizado como sucede con el resto de papeles de fumar, incluyendo el de los cigarrillos de cajetilla.

Su combustión es más lenta que la de papeles convencionales, así como la producción de ceniza es inferior. Por tratarse de un papel sostenible, su producción, carente de productos químicos nocivos para el medio ambiente, evita la emisión de contaminantes. A su vez, suele cuidarse en embalaje del papel, utilizándose para fabricarlos materiales reciclados y sostenibles.

Dentro del mundo del tabaco, aunque sea poco a poco, se van dando pasos. La sostenibilidad debe llegar a todos los sectores y son los propios consumidores, los que deberían demandar la fabricación de productos mas amigables con el medio ambiente, negándose a consumir productos más dañinos.

A pesar de que los datos señalados anteriormente, no son muy prometedores, tanto a nivel de salud como de medioambiente, conviene tomar conciencia de ellos. Hacer participe a la sociedad de todo aquello que causa daños que pueden ser irreparables, conlleva la adquisición personal de la toma de conciencia del problema. Los fumadores, deben empezar a ser conscientes de que no solo se dañan a sí mismos, también lo hacen con el planeta.