Las residencias de ancianos deben potenciar el consumo de películas entre sus mayores

Todo el mundo merece disfrutar del arte que se genera en sus diferentes modalidades a lo largo y ancho de todo el planeta. Esas diferentes formas de arte son lo más universal que nos podemos encontrar en la Tierra y por tanto nadie puede quedar excluido de los beneficios que son inherentes al consumo de ese arte. Por desgracia, esta situación no es la que realmente se produce en todos los lugares. Y, también por desgracia, España forma parte de esos sitios en los que hay personas que se quedan sin disfrutar de todos los momentos de ocio que se relacionan con el cine, la literatura o la pintura, entre otras cosas.

El cine es la forma de arte que va a protagonizar el resto de este artículo. Hablamos de un negocio que suele tener como público objetivo a buena parte de las personas que se encuentran sobre la faz del planeta. Y es que a todo el mundo le gusta que le cuenten historias de una manera audiovisual. Ahí reside el secreto de una industria del cine que mueve miles de millones de euros (y dólares) en todo el mundo. Porque es importante recordar, por cierto, que el cine no solo se genera en Estados Unidos. Un montón de países cuentan con una industria cinematográfica muy interesante. ¡Que se lo digan a los italianos, creadores de obras de arte como La Vida es Bella o Cinema Paradiso!

Os preguntaréis por qué hemos hablado de un arte como el cine y hemos destacado que en España hay gente que no tiene la posibilidad de disfrutar del arte como realmente debería. Pues bien, seremos un poco más concretos: nos quejamos de que los mayores que se encuentran en residencias de ancianos no tienen acceso a todo lo que tiene que ver con el séptimo arte. No hay derecho a que así sea.

Desde muchas residencias se hace hincapié en el hecho de que muchas de las personas mayores que se encuentran en ellas no tienen la comodidad suficiente para visualizar una película puesto que pasan en la cama la mayor parte del día. Nosotros creemos que no hay excusa que valga y os decimos que hay determinadas residencias españolas en las que sí es posible que esas personas puedan disfrutar del espectáculo del cine con toda comodidad gracias a que disponen de camas articuladas especialmente fabricadas para enfermos y personas mayores que pasan la mayor parte del tiempo en la cama. Nos han indicado desde Cuidaria que la adquisición de productos como estos por parte de las residencias se ha acrecentado en España en los últimos meses y la verdad es que es una buena noticia que así sea.

¿Tiene una persona mayor, que disfruta de los últimos años o incluso meses de su vida, que fastidiarse y dejar de vivir la vida o de disfrutar del cine o de cualquier otro arte por el simple hecho de contar con una edad avanzada? Nosotros consideramos que no debería ser así, que todo el mundo debería tener la opción de disfrutar de todo lo bueno de la vida hasta su último segundo de existencia. La situación que no se asemeje a esta nos produce una enorme tristeza que creemos que no se corresponde con una sociedad que se rige por aquello que se llama Estado del Bienestar.

Necesitamos un cambio de paradigma en las residencias 

Cuando una persona es trasladada a una residencia de ancianos, su vida cambia. Eso ya lo sabemos. Pero los derechos que tiene se conservan. Una persona mayor no es un residuo y tiene que seguir disfrutando de los años que le quedan con todas las comodidades posibles, que para eso se ha formado y ha trabajado a lo largo de las décadas. Los empleados y empleadas de las residencias españolas hacen una labor encomiable para que ese disfrute y esa calidad de vida sea posible. Y, como ya hemos visto, también hay centros de este tipo en cuyos empleados hacen posible que el cine siga formando parte de la vida de los y las mayores.

Eso sí: en España hacen falta más plazas en residencias. Una noticia del diario El País publicada en enero de 2021 lo corrobora, asegurando que se cifraba en 70.000 las plazas que eran necesarias en las residencias para que nuestro país cumpliera con los estándares de la Organización Mundial de la Salud. Lo que sería importante es que todas esas plazas (que imaginamos que se crearán en algún momento) sean de calidad y permitan a nuestros mayores acceder a una vida en la que el ocio y el cine sigan existiendo para todo el mundo. Y es que todos y todas tenemos el derecho de disfrutar de uno de los mayores placeres que ha generado el ser humano.